martes, 18 de noviembre de 2008

Iglesia de Santa Sofía

La iglesia de Santa Sofía dedicada a la segunda persona de la Trinidad, es una de las obras cumbre del arte bizantino. Fue construida durante los años 532 al 537, durante el mandato de Justiniano en Constantinopla, capital del Imperio Bizantino (hoy Estambul, Turquía).

Sus arquitectos, Antemio De Tralles e Isidoro De Mileto, cubrieron el edificio, de planta casi cuadrada, con una cúpula central sobre pechinas. Ésta reposa sobre cuatro arcos, sostenidos a su vez por cuatro columnas. Dos semicúpulas hacen de contrafuerte de la cúpula central y los muros abiertos están asegurados por contrafuertes. Posee además unos bellos mosaicos bizantinos.

Fue utilizada como iglesia cristiana durante casi mil años, desde su construcción en el año 537 hasta la conquista de Constantinopla por los turcos en 1453, momento en que fue convertida en mezquita. Allí se refugiaron los aterrorizados habitantes en el ataque a la ciudad. En 1935 fue convertida en museo.

Su arquitectura es eminentemente espacial, aunque el efecto exterior ha sido especialmente variado por los otomanos, que lo enriquecieron con minaretes, espolones y otros contrarrestos. La idea del edificio fue el que la gran cúpula que se iba a construir se sostuviera merced a cuatro arcos reforzados, mediante contrafuertes y semicúpulas que desviaran los empujes. Se evitaba así el uso del hormigón, empleado por ejemplo en el Panteón de Roma.

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